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La inflación en el marketing. Relación y consecuencias

la inflación y su relación con el marketing

La inflación es un tema que sin duda está hoy en boca de todos en occidente y que también tiene su influencia en el marketing. Las noticias no paran de indicar como por diferentes causas, esta se está disparando.

Las razones que se dan son muy variadas. Todas ellas tienen su parte de verdad e influyen en parte en las consecuencias y la situación inflacionaria. La principal sería la pandemia y la expansión monetaria que se realizó como medio de financiar las políticas públicas.

En ese momento, ya se avisó que se tomarían recursos futuros para poder sostener los gastos inmediatos. Es decir, se utilizaría riqueza todavía no producida para aumentar el gasto.

Cuando se produce inflación, sin querer entrar de forma específica en el terreno económico, hay que saber que el poder adquisitivo de las personas disminuye. En los países de América Latina están bastante familiarizados con esta situación. En Europa y Estados Unidos, todavía no se entiende por lo general muy bien las consecuencias que tiene el aumento de los precios debido a la disminución del valor del dinero.

La inflación en relación con el marketing

La inflación parece no preocupar mucho a las personas hasta que la sufren en sus hábitos de consumo. La razón es muy sencilla, el dinero por si mismo en principio siempre tiene el mismo valor. Por ejemplo, 20€ son siempre 20€. ¿Dónde está entonces la diferencia? En la cantidad de productos o servicios que se pueden comprar con una determinada cantidad de dinero.

El principal mercado que hace levantar las alarmas cuando se produce una alta inflación es el de la alimentación y los productos de primera necesidad. En este sentido, los que menos recursos tienen, son los más perjudicados.

De esta forma no es de extrañar que una vez se considera hemos dejado atrás la pandemia, el primer tema de conversación en redes sociales es la subida de precios que se está viendo de forma generalizada.

Muchos de los precios se han disparado, ciertamente, por el problema con la oferta, en este sentido, tiene mucho que ver la situación geopolítica y macroeconómica. Pero por otra parte, estaba claro que la expansión monetaria (impresión de dinero por parte de los Bancos Centrales) tendría este tipo de consecuencias.

En Estados Unidos, ya se están tomando medidas al respecto, mediante la subida de los tipos de interés, intentando con ello revalorizar el dólar americano, que al fin y al cabo, es la moneda de reserva mundial. El problema es que esto también tiene sus consecuencias negativas, provocando falta de liquidez o miedo en los mercados.

subida en los precios debido a la inflación

Cambios en los hábitos de consumo

Toda esta información nos sirve para tener un marco general sobre el que plantear nuestro estudio del marketing en un contexto de alta inflación. Para entender bien como afecta esta situación a una estrategia de marketing, hay que entender primero aunque sea de forma básica, este concepto económico.

Como los precios suben pero los salarios no aumentan, cada vez se pueden comprar menos cosas. Esto hace que el coste de oportunidad se haga mucho más importante para una mayor cantidad de productos. Especialmente, aquellos que no forman parte de necesidades básicas, sino que son considerados complementarios o incluso un capricho, son los que más dificultades tienen para vender cuando se produce una situación como esta.

El ejemplo más utilizado es el de los vehículos. Se dice que se puede ver cuando una economía va a entrar en crisis por la disminución en la venta de coches nuevos. La razón es muy sencilla, si los consumidores no tienen confianza en mantener un nivel de ingresos o un poder adquisitivo concreto a largo plazo, darán prioridad a otras necesidades más básicas.

Lo mismo ocurre con los productos electrónicos o los informáticos. Por ejemplo, si tienes un televisor, es difícil que quieras cambiarlo si la situación económica no es buena. Se dará de forma normal prioridad a otros gastos más importantes.

La reduflación dentro de una estrategia de marketing marcada por la alta inflación

Además de la disminución de poder adquisitivo de los consumidores, lo que hace que se piensen mucho más detenidamente sus compras, también está el tema del aumento de los costes propios de las marcas y empresas.

En muchos casos, especialmente los negocios industriales o que producen productos, pueden ver aumentados de forma exponencial sus costes de fabricación debido a la inflación. En estos casos solo quedan dos alternativas. O se disminuye el beneficio, o se suben los precios.

Para realizar una acción intermedia que tenga el menos impacto posible en el consumidor y perjudique también lo menos posible a la campaña de marketing de una tienda online o un negocio físico, se suele hacer uso de la reduflación.

¿En qué consiste la reduflación? Básicamente en reducir la cantidad o calidad de un producto determinado, pero manteniendo el mismo envase y también el precio. De esta forma parece que el producto sigue siendo el mismo y que no se ha visto envuelto en la problemática inflacionaria.

Podría parecer que es una forma de engañar al consumidor. Sin embargo, no se trata realmente de esto, ya que la persona interesada en el producto podrá ver con un poco de atención que el mismo a cambiado. La idea es simplemente que la subida de los precios afecte lo menos posible a las campañas de marketing.

Los riesgos de aplicar esta práctica contra la inflación en el marketing

Los consumidores conocen perfectamente esta práctica y también tiene sus riesgos. El ejemplo más común que todos hemos comentado alguna vez es el de las bolsas de patatas fritas. El envase es el mismo pero cada vez parece que llevan dentro menos cantidad y más ‘aire’.

Esta impresión de los consumidores está respaldada por la propia OCU, que estima que la cantidad que ofrecen algunas marcas por el mismo precio y envase ha bajado aproximadamente un 10%.

La reduflación por tanto lo único que consigue es que la subida de los precios se note menos. No obstante, como los consumidores están habituados a esta metodología, no tiene un efecto muy bueno. De hecho, suele provocar bastante rechazo, hay que ser muy cuidadosos por tanto y quizás no sea la mejor solución para combatir la inflación dentro de una estrategia de marketing.

Lo más importante es evitar que el consumidor se sienta engañado. Esta situación puede ser muy contraproducente. Especialmente en la época de las redes sociales donde una opinión pública puede viralizarse y puede ser letal para prácticamente cualquier negocio.

Cómo evitar que la inflación afecte a la reputación de la empresa

Puede parecer que la inflación afecta de manera especial a las empresas dedicadas a la fabricación y venta de productos. No obstante, el sector de los servicios también se ve muy perjudicado. Al final y al cabo, los profesionales también van a ver como sus gastos aumentan, por lo que tarde o temprano tendrás que repercutir ese aumento del coste de la vida en sus precios.

La única diferencia es que los profesionales que ofrecen servicios en este sentido tienen un mayor margen de maniobra. Sobretodo los que, por ejemplo, venden productos digitales, tienen una gran ventaja competitiva, ya que los costes asociados al mantenimiento y producción de su negocio son mínimos.

No obstante, en mayor o menor medida, la inflación a nivel de marketing afecta a todo tipo de empresas. No importa cuál sea el tamaño o el sector, la única diferencia será como decimos, el grado de influencia y la capacidad de toma de decisiones.

Hay que tener en cuenta que todas las medidas que se pueden tomar ante la alta inflación son, en principio, perjudiciales. Por tanto, se trata de elegir la menos negativa, el mal menor. Entre reducir la calidad (para ahorrar costes de producción), disminuir la cantidad, o aumentar los precios, cada empresa tendrá que tomar la decisión que mejor se ajuste a sus expectativas, necesidades y las características de sus clientes potenciales.

La inflación en los productos y servicios de venta compleja

En aquellas estrategias de venta enfocadas a los productos o servicios que requieren de un proceso de venta mucho más complejo y racional, la cosa se complica aún más.

Este tipo de ventas son muy racionales, requieren de un mayor tiempo de convencimiento para que el consumidor se decida a dar el paso. La razón es que el coste de oportunidad suele ser bastante mayor. Normalmente, esto se debe a que son productos caros o que no representan una necesidad de forma prioritaria.

Si unimos la reducción del poder adquisitivo de las personas con un posible aumento de los precios en este tipo de productos o servicios tenemos las condiciones perfectas para una crisis en la facturación.

A este respecto, los productos que se consideran de primera necesidad son mucho más versátiles en una situación de inflación porque es mucho más difícil que las decisiones que se tomen afecten significativamente la demanda.

Por el contrario, los productos de venta compleja sufren mucho en un marco económico inflacionario. Son los sectores menos recomendados en épocas de crisis o cuando la confianza de los consumidores no está en su mejor momento.

medidas para combatir la inflación en una estrategia de marketing

¿Qué sectores se verán especialmente perjudicados en este contexto de inflación?

Cuando los consumidores están preocupados por la situación económica y la pérdida de su poder adquisitivo suelen renunciar a unos ciertos gastos de forma prioritaria. Sin embargo, hay otros gastos a los que hoy en día los consumidores difícilmente les darán la espalda. De hecho estarán dispuestos a ‘apretarse el cinturón’ antes de renunciar a algunos gastos que actualmente forman parte del bienestar de mucha gente.

En general, la prioridad de los consumidores son la alimentación, las prendas de vestir, las actividades deportivas y de ocio y los gastos recurrentes asociados a la vivienda.

Todo sector que no entre dentro de estas categorías tiene un mayor porcentaje de ver reducida su facturación, ya que según las encuestas los consumidores tienen previsto reducir el gasto en todo aquello que no consideran prioritario.

Las acciones a tomar para combatir la inflación en una estrategia de marketing

Ya hemos analizado algunas de las posibles medidas que se toman para evitar la subida de los precios en los productos o servicios que se quieren vender. No obstante, tomar la decisión correcta depende concretamente de las características únicas de cada negocio y del sector al que pertenezca.

Medidas como la implementación de vales descuento, o la reducción de la calidad o de la cantidad de un producto (conservando el envase) hay que estudiarlas rigurosamente para evitar consecuencias negativas.

También, es importante mantener una comunicación estable con el consumidor y hacerle comprender estos cambios. Al fin y al cabo, la inflación la sufrimos todos.

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